Quien no arriesga no gana. Como un kamikaze, hay ocasiones en que no queda más remedio que renunciar a la vida que conoces por un fin más noble. El precio puede ser muy elevado,para tu corazón,alma y reputación. El resultado puede merecer o no la pena imposible saberlo, y en realidad irrelevante. Porque lo que le reconforta a uno, en definitiva, es tener la certeza de que hay cosas por las que merece la pena hacer un sacrificio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario